La marca del gato (Mi humor gatuno)
Se cuenta que, hace mucho tiempo - Bastante para un humano y un poco más para un gato -, vivió un monje llamado Geoffrey de Mommouth, quien escribió, entre otras cosas, sobre la leyenda del Rey Arturo.
Se cuenta que el monje siempre estaba acompañado de un melenudo gato, a quien salvo un día de patronales de ser asesinado. Desde entonces, el animalito fue su compañero permanente.
Cierto día, tras haber escrito frenéticamente en uno de sus tantos pergaminos, se le acabo la tinta. El hombre se fue a buscar otro frasco en su dispensario, descuidando al animalito, que estaba cerca del pergamino; la tinta todavía estaba fresca.
Cuando regreso, se quedo atónito al ver marcas de patas de gato sobre el escrito. Agarro al animalito por la nuca y, mirándolo a los ojos le dijo.
- ¡¡Acabas de dañar uno de mis escritos y aun así me pones esa mirada pícara!! ¡¿Qué te parece tan gracioso?!
Y el gato le contesto en su idioma.
- Miauuuuu ¿Y acaso no te diste cuenta que estoy dejando mi marca en la historia para toda la posteridad?
Sabiduría parda la de este lindo gatito, jeje. Me gustó.
ResponderEliminarUn beso!! :)
Thank you for another wonderful story, Alberix Zeta. Geoffrey of Monmouth did not know the significance of the paw prints.
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