Cierto día Simbad, el gran marino árabe, vio a su gato con sus patas bien aferradas en la baranda del barco. Temiendo que se cayera mar adentro, lo cogio con sus dos manos, lo miro y le dijo.
-Hussein ¿Es que estás loco? ¿No sabes que te puedes caer allá abajo?
Con mirada desafiante, el gato le respondio en su idioma.
- Miauuuuu ¿Y quién eres tú, humano, para darme órdenes a mí?
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