martes, 28 de octubre de 2014

El día de todos los gatos






Me imagino que todos/as los dueños/as de gatos en el mundo se preguntaran de qué estoy hablando, así que me voy a explicar incluso para los que no me hayan entendido en mi idioma: el título no es más que una deformación de la frase “el día de todos los santos”, mejor conocido como halloween; me pareció tan bonita que la hice rimar de esa forma, ojalá quien hable otra lengua lo encuentre gracioso. Si bien es cierto que oficialmente existe el  “día del gato” y el “día de la mascota”, no cabe duda que los felinos siguen siendo los más afortunados de todos: tienen otro día del año para celebrar.
          
  ¿Pues qué tienen que ver los gatos con el halloween?, si te diste cuenta son el único animalito que aparece en su forma natural en todas las alusiones a dicha festividad; ni los vampiros, hombres lobo, murciélagos, arañas o ratas cuentan: los primeros dos por sus formas humanoides y los últimos tres porque no suelen ser aludidos a menudo, así que el gato se quedo en el sitial de honor.
           
 El gato doméstico, principalmente los de color negro, son las mascotas favoritas de las brujas, los que juegan dentro de las calabazas y hasta quienes le hacen compañía a la alegoría de la muerte en algunas ilustraciones. Ya sea por su carácter misterioso, sus supuestos poderes síquicos o su casi incompleta domesticación, los gatos le aportan al halloween ese aire divertido y a la vez místico a susodicha fecha.
          
  Para poder entender cuál es el verdadero origen de la inclusión del gato como el símbolo más representativo del halloween, tenemos que remontarnos a la que quizá es la época más oscura de la existencia humana: la edad media. Con el auge del cristianismo y el surgimiento de los reinos bárbaros tras la caída del imperio romano, se inicio un período de oscurantismo y religiosidad que duraría mil años y que marcaron para siempre el devenir del mundo occidental. En aquellos días, la naciente iglesia cristiana, en su afán por eliminar los potenciales rivales a su hegemonía religiosa, dio inicio a una brutal cacería que con el tiempo se le daría el nombre de “inquisición”.

            Uno de los poderosos signos paganos era nada menos y nada más que el gato: estaba asociado con la diosa nórdica Freiya y era considerado por los egipcios como un animal sagrado – en efecto, la religión egipcia era una de las más influyentes en el imperio romano-, de manera tal que al gato lo consideraron animal impuro. Los gatos cayeron del pedestal en que los tuvieron durante siglos a ser el animal más perseguido de Europa, sin bien nunca los eliminaron por completo dado a su rápida capacidad de reproducirse. Matar un gato era considerado normal y en las ferias se disparaban flechas a un gato encerrado en una caja de madera que colgaba sostenida por una cuerda que alguien agarraba y balanceaba de un palo.

            Tampoco ayudaba el hecho de que el gato fuera el compañero favorito de las ancianas: en aquellos días se consideraba que las mujeres de cierta edad eran brujas, por lo cual no solía ser raro que al felino se le viera como un ser del infierno. En realidad, a estas ancianas abandonadas e inútiles en una época en que al trabajo físico se le daba demasiada importancia, les era fácil tener un gato de compañero ya que requería menos cuidados que otro tipo de mascota.

            La reivindicación del gato se dio en pleno auge renacentista, cuando los médicos ilustrados de aquella gloriosa generación se dieron cuenta que la peste bubónica - enfermedad que en ese tiempo era el azote de la población europea – se transmitía a través de una bacteria que vivía en el cuerpo de las ratas y que la alta proliferación de estas se debía en gran medida a la falta de gatos que las pudieran cazar. Fue así que tras siglos y siglos de programas de profilaxis y campañas de concientización lentas pero profundas, la caza de gatos llego a su fin. Hoy en día todavía hay gente que asocia a los gatos con la magia negra o los odia por completo, pero el rechazo no se da en nuestros días como en esos tiempos.



            Pese a todo esto, el gato quedo asociado en la memoria colectiva como las mascotas de las brujas y símbolo de hechicería, de forma tal que no paso mucho tiempo para que el gato doméstico de algún modo lo incluyeran en la fiesta irlandesa del sambuin, que terminaría convirtiéndose con el pasar de los años en lo que hoy conocemos como “halloween”.

            Así que ya sabes porque a nuestros gatitos los asocian con esta celebración, por lo que de ahora en adelante deberás tener mucho cuidado cuando a tu gato se le ocurra hablar con ciertos “amiguitos” invisibles en “la fiesta de todos los santos”. Hasta pronto y feliz día de todos los gatos.



2 comentarios:

  1. Día gato del feliz, {:-) Por gracias compartir this puesto interesante. y un placer conocerte Alberix Zeta

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