Hace poco tiempo, en una casa como cualquier otra, vivían dos gatitos traviesos y muy consentidos, que se las ingeniaban para hacerle la vida algo complicada a sus am@s human@s.
Una noche buena, tras la opípara cena familiar de navidad, esperaron a que l@s human@s se durmieran para subir al cesto de basura y comerse las sobras; sin embargo, la travesura les salio tan mal, que el cesto de basura se fue abajo por el peso de los gatitos, siendo tal el estruendo causado por el ruido que desperto a toda la familia.
Al verse delante sus am@s human@s, uno de los gatitos respondio en su idioma gatuno.
- ¡Miauuuu! Estabamos ocultos en la oscuridad para ver a Santa llegar, pero al aparecer él por arte de magia nos sorprendio a los dos, porque nunca habíamos visto algo tan increíble en nuestras gatunas vidas. Tal fue el susto que nos llevamos, que corrimos despavoridos a escondernos en el sesto de basura y todo nos salio tan mal que se nos cayo todo abajo.
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