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Bienvenidos una vez más a este su segmento de cine gatuno, en esta ocasión me toca hacer mi crítica sobre la segunda película del gato con botas. Debo admitir que esta segunda parte me gusto más que la primera y a continuación voy a narrar la sinopsis de la trama.
Sinopsis:
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Mucho tiempo después de sus aventuras con Shrek, el gato con botas somete a un gigante mientras organiza una fiesta en el pueblo de Del Mar, pero posteriormente es aplastado por una campana de iglesia. Después de que el gato se recupera, el médico del pueblo le aconseja que se retire porque ya ha perdido ocho de sus nueve vidas. El gato inicialmente se niega, pero cede cuando es herido y desarmado mientras se bate en duelo con un lobo en el pub local. Traumatizado por el evento, el gato sigue las instrucciones del médico y se aloja en la casa de Mamá Luna, una cuidadora de gatos, y entierra su ropa. Meses después, el gato conoce a un optimista chihuahua disfrazado de gato, al que llama perrito. Luego, la familia criminal Ricitos de oro y los tres osos pronto llega a la casa de Luna, con la intención de contratar al gato para robar el mapa que los guiará hacia la estrella de los deseos. El gato accede con la intención oculta de conseguir la estrella para él y así pedir el deseo de que se le restituyan las otras ocho vidas que perdió.
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Pronto se dirigen a la guarida del corrupto pastelero y coleccionista de artefactos mágicos "Big" Jack Horner, que también quiere pedir su propio deseo a la susodicha estrella: la de controlar toda la magia del mundo. Mientras roba el mapa, el gato se reencuentra con Kitty patitas suaves, su ex prometida a la que dejo plantada en la iglesia, y así comienza la verdadera aventura. Como todos saben, a mí me gusta andar sin rodeos a la hora de criticar una película, de modo que ahora vamos con lo bueno, lo malo y lo feo.
Lo bueno
Esta segunda parte fue mejor que la primera, con una trama de lo más interesante, una animación mejor lograda, villanos memorables y sobre todo el arco argumental principal: el constante desafío del gato hacia la muerte, que es representada como un gran lobo feroz espectral al que el gato jamás logra vencer en cada duelo en el que se enfrentan y de la cual huye cada vez que es vencido. La autorreflexión final del gato fue la cereza al pastel de esta historia tan bien lograda. Por eso me atrevo a decir, sin pepitas en la lengua, que esta película fue la mejor de toda la franquicia Shrek.
Lo malo
A mí me parece que aunque la película fue de lo más entretenida y épica, le falto algo del humor de la primera: se concentraron tanto en la acción y la aventura que descuidaron un poco la comedia, siendo las partes más divertidas las escenas en donde el gato pierde cada una de sus ocho vidas, siempre siendo asesinado de la manera más burda o a causa de accidentes tontos que podría haber evitado si no fuera por su exceso de confianza y audacia, así como las inolvidables interacciones de perrito, el chihuahua optimista que parece una mezcla extraña entre el chavo del ocho y el astuto Bugs Bunny, personaje que está acostumbrado a salirse con la suya. Claro, el gato interpretado por Antonio Banderas nunca deja de ser el mismo personaje dicharachero y socarrón al que nos tienen acostumbrados, pero pierde bastante el brillo cada vez que es derrotado por la muerte, quedando desnudado y acobardado, cosa que muy probablemente no le gusto al único sobrino varón que tengo, que al final dijo que no le gusto la película. No lo culpo, tal vez la película fue demasiado profunda para él o tal vez quedo algo traumatizado con el arco argumental del gato y su relación con la muerte, siendo esa parte la que quizá le resto algo de humor a la historia. Es más, me atrevo a decir que Humpy Dumpy, ese huevo parlante que me pareció patético como villano en la primera película de esta franquicia, era más gracioso que todos los villanos de esta segunda parte.
Lo feo
A mí no me gusto para nada cómo estaba representada el personaje de Ricitos de oro; siempre la imagine como una niña muy hermosa y carismática, del mismo modo que la describen en los cuentos de hadas. Aquí parece más bien una joven amargada, resentida con la vida y carente de toda gracia, el tipo de personaje que fue víctima de bullying en la escuela. A mí me hubiera gustado que la representasen tal como es en el imaginario popular: la joven bella y encantadora que por culpa de su inocencia infantil termina de polizón en la casa de una familia que no es suya. Si la hubieran representado tal como nos la venden en los viejos relatos, habría sido algo así como una femme fatale, ese tipo de villanas encantadoras que son la antítesis de los héroes y heroínas de otras historias, lo que le hubiese quedado como anillo al dedo o la pata al picarón gato, ya que en lugar de restar le sumaría más a la trama, pues una Ricitos de oro así sería la némesis perfecta para el carismático animal, tal como pasa con Sherlock Holmes y el doctor Moriarty o Batman y el guasón, pero bueno, lo hecho, hecho está. Creo que mi sobrino estaría totalmente de acuerdo con mi punto de vista.
Tampoco me gusto para nada que de todos los grandes premios a los que fue nominada, no sé gano ninguno: Oscar a mejor película animada, Critics choice awards, Globos de oro y British academy film awards; me imagino que hubiera tenido mejor suerte si fuera una producción de Disney en lugar de Dreamworks.
Hasta aquí mi análisis y nos vemos una próxima vez en este espacio de su segmento Cine gatuno.




