Hace mucho tiempo - relativamente un poco menos para un humano y más
para un gato - , en un suburbio común y corriente, existio un gato que le gustaba acostarse en el pavimento de la calle y siempre que lo veía su amo lo levantaba para llevarselo a casa. El amo siempre le reclamaba de la siguiente forma.
-Oh Jacinto, ¿cuántas veces te tengo que decir que la calle es peligrosa para ti porque te puede aplastar un automóvil?
A lo que el gato respondia en su idioma gatuno.
-Miauuuu, ¿cuántas veces te tengo que decir que hago buen uso de mis nueve vidas para salirme de la vía antes de ser atropellado?, ¿acaso me tomas por un perro?